¿Es posible luchar contra la corrupción en el sector?

A pocos se les escapa la desasosegante sensación de que nuestro sector se encuentra enterrado en corrupción desde hace décadas. Nuestra Ley debe de ser la mas vulnerada de todas las existentes en el ordenamiento jurídico. Ningún elemento que nos rodea parece estar libre de esa corrupción y los hechos así parecen corroborarlo. La pregunta obligada es, ¿es posible luchar contra esa corrupción?.

Por una parte quienes deberían luchar contra esa corrupción, ni lo hacen, ni lo han hecho, ni están muchos de ellos libres de sospecha de ser corruptos. Por otra parte quienes estaríamos dispuestos ha hacerlo, carecemos de los apoyos, medios, colaboración y unión necesarios para llevar esa batalla a la victoria, y por último existe el miedo, la desidia y la cobardía de nuestros compañeros, que son los realmente perjudicados.

El otro día alguien del entorno personal hacía un comentario sobre algún caso que conocía de denuncia contra corrupción policial y decía que salvo que se haga bien respaldado y bien provisto de influencias, se tornaba una empresa muy peligrosa. Decía que no era descabellado encontrarse que el denunciante era casualmente sorprendido por agentes policiales en la calle con una oportuna bolsita de droga en el coche que le arruinase la vida. Vino a decir que para embarcarse en aventuras como esa, hay que tener las cosas muy claras y ser consciente de los riesgos. En su opinión, desaconsejaba denunciar a la policía de forma individualizada y personalizada. Añadía que ese tipo de denuncias solo compensan si se trata de proteger la propia integridad, pero nunca si se hacen en pro del interés general, y mas el interés de un sector como el nuestro, donde nadie agradece lo que se haga por él, donde cada uno se mira el ombligo y donde nadie se compromete. Es muy triste constatar que no se equivoca esta persona.

Esta conversación me retrotrajo a una anécdota que les sucedió recién creado nuestro sindicato al Presidente de ASP y al entonces Coordinador de Jurídica Enrique J.A. en una entrevista que tuvieron con cierto integrante policial y cuya conversación fue grabada por ambos miembros como medida de seguridad. En esa reunión los dos representantes de ASP se quejaban amargamente ante ese agente policial de que tenían constancia de presuntas "irregularidades" que se dan en ese departamento. En un primer término vino la advertencia de "ojito con las acusaciones que no se puedan probar", que finalizó con una amable invitación a abandonar las dependencias en que se encontraban cuando el Coordinador de Jurídica expuso un ejemplo con nombre, apellidos y localización. En la despedida se escuchó el manido consejo de no encender el ventilador de la mierda, o nos cubrirá a todos hasta la cabeza.

Si alguien, digamos ASP, quisiese encender ese ventilador con todas sus consecuencias, ¿contaríamos con el apoyo de los compañeros?, ¿con sus datos, testimonios y pruebas?, ¿nos merecería la pena?. Intuyo que nos veríamos solos, y que acabaríamos trasquilados, pero me gustaría saber que podríamos esperar. Es una reflexión.